15.9.05

Ayer tuve prácticas. En la 17, a dos cuadras de casa, así que no tengo más excusas para faltar cuando me dé fiaca salir. Mientras revisaba los bolsillos de mi guardapolvo, repetía en mi mente "primero, segundo o tercero... primero... segundo..." Mi cara de desilusión fue hiriente al escuchar: "Rosa, vas a quinto". Quinto grado, turno tarde. Al menos no estoy sola, y la maestra es agradable y sabe mucho. Ya conocí al rebelde, Julián: típico superdotado que se aburre con las explicaciones de la seño María Elena e inventa canciones, hace chistes y habla cuando no debe. Me preguntó mi nombre, si era hincha de boca, si tengo novio, si voy a ir todos los días al aula y si creía que él se portaba bien. La profe de inglés es lo menos; enseña cosas lindas, pero no le da bola a nadie. José se arrimaba a preguntarme cómo podía dibujar el clima cálido y el húmedo. Juega en las inferiores de Colegiales; vestía su equipo mientras yo tiritaba de frío al verlo en pantalones cortos. Hablaron del sistema osteo-arteo-muscular, de cómo se escriben los tipos de clima en inglés, de las figuras y cuerpos. Todo eso con tres recreos en el medio, donde todos juegan voley o todos juegan fútbol o todos saltan la soga. Nunca forman, no cantan Aurora, no saben lo que es escribir con lapicera de pluma, usar borratinta ni papel secante, no usan manuales, ni enumeran hojas. Pero cuando cuando se hicieron las 5, algunos nos despidieron con besos. La seño, al salir, nos dijo "y? después de estas horitas todavía tienen ganas de ser maestras?", y la verdad es que no fue tan grave, podría acostumbrarme. Sólo espero poder hacer algo más que observar de lejos y tomar nota. Igual hay tiempo, con paciencia, otras 6 semanas. Aguantaré?

2.9.05

martes, 7 am: "hooola ro! buen día. feliz cumples! me prestas diez pesos? cuando cobre te los devuelvo".
dormida puedo regalarle mi alma al demonio.
comer avena.
pensar.
decir todo lo que pienso.
olvidarme.
olvidar t.
imaginar historias.
y prestar diez pesos.