24.10.16

Intensidad

Hace tres meses que cambié de terapeuta.
La simpatiquísima psiquiatra que me atendió pos-quirúrgica-mente durante 3 años de manera trimestral ya no sabía qué fármaco más recetarme para que deje de quejarme por no poder dormir dos horas de corrido y en un abrupto "me rompe las bolas que no puedas ayudarme y encima que vengo con todo resuelto a contarte qué deciciones voy a tomar en mi vida, no puede ser que te lleve más tiempo llenar las putas recetas que escucharme" decidí directamente eliminarla de mi vida y dar de baja también la obra social, así, estrepitosamente irracional e impulsivamente. Ergo, desde abril que no más antidepresivo, no más ansiolítico y no más hipnótico.
Opté por la terapia floral, le enumeré a mi nueva terapeuta todas las cosas que me preocupaban, me angustiaban y quería mandar a la mierda y elegí 6 flores copadas en un catálogo, sin adentrarme en las propiedades de cada una, sólo por intuición y colores atractivos. Fue justo un día antes del 1° aniversario del fallecimiento de Madre.
4 gotitas cada 4hs, 4 veces al día. "Si te sentís agobiada, probá con el otro frasco, 4 gotas, cada hora, no más de 4 veces en el día, no más de dos días seguidos".
Como todo lo que hice en la vida, la constancia me duró 3 días. A partir del 4°, la dosis variaba según mi memoria avasallada de problemas ajenos. 3 meses después me acordé que el frasquito se estaba vaciando y tal vez sería necesario volver por más, para no perder la costumbre, para intentar convencerme de que no todo lo que empiezo lo abandono siglos antes de finalizar.
Le mandé un whatsapp contándole que me sentía bien, que sus brebajes mágicos me habían ayudado a transitar los meses más largos, densos, tristes y aburridos del año, y que si estaba de acuerdo pasaba a charlar unos minutos. Accedió curiosa.
- ¿Qué tal? ¿cómo te estuviste sintiendo?
- Re bien, me chupa un huevo todo.
- Apa, bueno, eso era lo que buscábamos, pero no me imaginé que lo ibas a lograr tan rápido. ¿Y de eso que me contaste que sentías fobia de volver al hospital? ¿cómo lo afrontaste?
- No volví al hospital, tengo pendientes estudios de alta complejidad desde febrero, pero me siento bien, ¿para qué me voy a hacer estudios si no tengo ningún malestar? Ya veremos cómo lo manejo cuando la gastro me recuerde que debo las vcc´s de los últimos 2 años. Es como Arba recordándote que presentes las ddjj.
- ¿Dormís mejor? 
- No, me sigo despertando cada 10 canciones, escucho cuando las hojas del fresno reciben viento sur, pero al menos ya no sufro de incontinencia textual post zolpidem, recuperé mis filtros.
- ¿Y con respecto a tu papá? 
- Toma el doble, se emborracha con más frecuencia, pero ya no me da vergüenza, siento pena, pero lo dejo tranquilo, total con 5 horas de siesta vuelve a la cruel realidad. Aprovecho para salir a caminar, llego lejos, siempre vuelvo antes de que se despierte.
- ¿Y en el trabajo?
- Delegué todos los problemas que no son míos, la pequeña en cuestión ya tiene psicóloga, ojalá resuelva sus mambos antes de la mayoría de edad.

Si le contara que además estoy feliz por vos, a pesar de las distancias, los años y las vivencias, yo creo que me sentencia por locura incurable y me vienen a buscar para que me abrace a mí misma con el chaleco de fuerza para toda la eternindad.

13.10.16

Confusión

... la realidad es que las cosas siempre estuvieron claras para mí. Incluso cuando todo era cambiante, inesperado, improvisado e incontrolable. Recorriendo nuestra historia en esta noche insomne, como si participara de una entrevista a mí misma, me dije "Yo siempre tuve las ideas muy claras, siempre estuve segura de lo que pasaba". Siempre actué convencida, pretendí ser buena y hacerte caso, sabía que era en vano. No volveré a subestimar al destino.
Mi mente inquieta me llevó en el tiempo, 12 años atrás, hasta el Fin del mundo, ahí donde te vi por primera vez y fui feliz. Fui feliz porque... cercanía. No hacían falta miradas ni palabras. Nuestras almas se encontraban, una vez más, sin pedir permiso. Los sonidos, las voces alrededor, los adoquines, el ruido de cristales, calor, noche de verano. Sentir el hormigueo en los brazos, por un instante mi corazón bombea demasiada sangre, late en la garganta, brotan lágrimas de emoción, tristeza, melancolía, esa voz, tu perfume.
Te busqué, no estaba en mis planes encontrarte. Me siento feliz con eso. Vuelvo a sonreir, a vivir de recuerdos. Por fin siento paz.