17.8.07

No quiso contarme nada del jardín. Habló en neutro toda la tarde, casi a los gritos. Lloró hasta el cansancio en la bañera. Mientras se lavaba las manos pegoteadas post picodulce que le regalé al llegar, me miró por el espejo y me dijo:
- Dosi, ¿estás un poquito enojada?
- No...
- ¡Triste!
- ...
Ambas tuvimos un viernes raro.