25.12.08

tengo la panza llena de exquisiteses navideñas. cualquiera que me vea me daría 5 meses de embarazo, no doy más, no me hagan reír por favor. volví temprano porque todo se volvía demasiado aburrido. ya no es como antes, necesitamos nuevos niños inocentes que esperen con ansias a papá noel, pregunten a cada rato cuántofaltaparalasdoce, miren al cielo buscando el trineo y los renos, se sorprendan y disfruten de abrir paquetes coloridos: los nuestros directamente se compran sus regalos.
encima las criaturitas (12, 14, 15 y 16 pirulos) descubrieron fascinados el fernet+coca... qué tiernos, su primer borrachera =)
dani hoy estaba extremadamente insoportable, no trajo la guitarra, nos faltaron los villancicos, pero igual... es el más bonito de nuestra nochebuena multitudinaria (y el único que todavía se deja fotografiar), estrenando regalito papanoelístico (bah)

y aquí, cleo interfiriendo en nuestra fotito semifamiliar anual navideña... (qué viejito está mi viejito!)


3.12.08

- ¡¡Hola bonita!!
- ¡¡Hola hermoso!!
- ¿Cómo estás?, tanto tiempo…
- Bien, en el micro, volviendo a Buenos Aires.
- ¡Quedate allá!, ¡acá nos estamos cocinando!
- Jaja, mandame un giro entonces. ¿Vos cómo andás, nene?
- Bien, me anoté para empezar la facultad el año que viene. ¿Vos ya terminás, no? Qué loco, en lo que yo tardé en decidirme voy ya te recibís, ¿qué era que estudiabas?
- Por enésima vez, profesorado para ciegos. Ya era hora que hicieras algo, pendejo… ¡24 años al pedo! Igual todavía me falta un poco.
- Jaja, forra, no me llamás nunca…
- Vos tampoco, infeliz, hace 5 años que vivo acá y viniste una sola vez a verme, ¿tenés miedo de perderte? Ah, no, cierto que ahora sos un amodecasa que cuida al hijo prestado, jaja
- Jaja, qué hija de puta, Nico es lo más, lo adoro… Che, boluda, a ver cuando venís a visitarme, sabés que acá sos bienvenida, con Nati no hay drama.
- Y vos sabés que no me da ir a un lugar que ni siquiera es tu casa, con familia que no es la tuya, pero si querés un día salimos.
- Bueno, dale, llamame y arreglamos.
- Jajajajajaja
- En serio, turra
- Yo también te quiero mucho.

Es así, siempre fue así. Cuando éramos chiquitos nos desesperábamos por jugar juntos, pero yo siempre terminaba llorando por alguna maldad que me hacía. Del amor al odio en cuestión de segundos. Juguetes rotos (siempre los más lindos), chicles pegados o autitos enredados en mi pelo rubio,finitoyondulado, intentos de ahogo en la pelopincho, más juguetes rotos. Yo lloraba exageradamente y mi tío Jorge venía al rescate de la princesita a castigar al ogro... ¡y qué castigo! Y eso me divertía tanto como a él sacarle los ojos a mi bebote favorito. A mis tres años me vengué, aunque en realidad, fue en defensa propia. Estábamos de vacaciones en Entre Ríos, en carpa y auto lleno de bártulos. No recuerdo qué me hizo, seguramente algo de lo detallado anteriormente, porque no era muy creativo. Más de 20 años después aún conserva la marca de mis dientes en su mejilla izquierda. Nunca oí llorar a alguien tanto como a mi primito adorado aquél día. Oh, sí. Con el tiempo pudimos hablar estas cosas como seres civilizados. Él dijo que le daba bronca que mis juguetes fueran tan lindos y musicales y además le gustaba demasiado mi pelo. Yo, me reí muchísimo al ver que todavía existía mi marca.