23.1.12

22.1.12

Nada que ver con nada

MiNegrito casi cumple 2 años con nosotros. Madre nunca quiso tener perros ni gatos, siempre perras y con pocas ganas ante mi insistente insistencia, una gata. Pero un día, medio de prepo, llegó este cachivacho, petiso, negro, medio chueco, malhumorado, acuariano e insistente. Padre tampoco lo quería. Ahora es nuestra única mascota, pasó automáticamente a ser el dueño de casa. No aprendimos nada, eh?
Casi todo un año trabajando en "escuela de muchachos", católica. Sí, integraba a un hermosor de nene con discapacidad visual y motora. Totalmente descabellado para mí, nuncamesaquendeloesperado. Por qué? Como casiprofe de ciegos, nadie me enseñó cómo trabajar con, por ejemplo, un niño con parálisis... de ahí mi estado de pánico. Además, escuela de muchachos? y católica? siempre pensé que eso había terminado de existir en la época de mi madre, pero por lo visto no. Igual lo disfruté muchísimo. Mi alumnito me enseñó miles de cosas y sus compañeros pusieron a prueba mi memoria: aprender y recordar 32 nombres masculinos no fue poca cosa.
El año pasado me tocó atravesar otro gran cambio. Escuela lejos, para mí "en medio del campo". "Te están esperando, Ro", me decía una gran amiga, recomendándome ir a trabajar allá, porque hacía meses que nadie tomaba el cargo. "Necesitan una profe de ciegos, el que estaba renunció, así que si tomás allá, no te saca nadie". Yo necesitaba obra social. El resto no me convencía ni un poquito. Tan lejos? cómo que nadie tomó el cargo después de 3 meses? por qué alguien renunciaría? La urgencia le ganó a la lógica y allí fui. Cai un miércoles, toqué timbre y me presenté "Hola, soy Rosa, la nueva profe de ciegos". Alegría como si hubiera dicho "traigo un millón de dólares". Me recibieron como si me conocieran. Horas después, me mostraron el salón, MI salón. Nunca había tenido salón propio, siempre tuve que compartir con las "titulares" o "las que están a la mañana" o "las profes de grado". Las integradoras solemos trabajar en la biblioteca, en el comedor, en algún salón desocupado por 15 min., incluso en el colectivo durante el viaje de escuela a escuela. Pero ahora ya no cumplía esa función. Mi salón, mi grupo, mi gran responsabilidad. 6 niños, varones todos, edades entre 9 y 16. Oh, gran desafío. La última parte del año los abandoné sin querer. Me quebré el pie y estuve 6 semanas sin poder salir de casa. En el medio, me internaron por un brote de aquello que venía sin darme grandes problemas hace 2 años. Me perdí la fiesta de fin de año y el egreso de dos de mis chiquis. Igual, siempre me mimaron a la distancia, vía sms... espero poder volver este año.
Y el suceso más importante de todos: Martín. Simpático como pocos, lindo como nadie. Me deja perseguirlo con la cámara todo el tiempo. Se ríe de mis monerías. Mi sueldo en cosas para él. Como dicen por ahí, lo bueno de ser tía, "todo el amor, ninguna responsabilidad". Oooobvio, mi amor llega a su límite cuando hay que cambiar pañales... después de eso, mi vida por él.

2.1.12

2012 con un nivel mínimo de tolerancia.
hace más de un año que no escucho radiohead.
mi cuerpo ya no me pertenece.
las mamás de mis alumnos2011 apenas tienen un par de años más que yo y me tratan de "ud".
cada vez estoy más rubia y no, no me pinto el pelo.
tomo más dosis de pastillas que cantidad de comidas diarias que debería hacer (6).
sospecho que las manchas de hierro me van a acompañar mucho tiempo. mi cuerpo no me pertenece.
tendría que empezar terapia de una vez por todas, pero odiaría hablar de vos con un mínimo halo de bronca. no quiero. mejor así. 
tengo un serio desajuste de memoria a corto plazo. preferiría una alteración en la memoria retrógrada, de hoy a los últimos 10 años.
todavía adoro ver dibujos animados de madrugada. 
martín ya cumplió 9 meses =)

tanto, tanto, tanto...