18.11.06

Munro city es tranquilo, hasta que pasan estas cosas.
Hasta las 8.30 era un miércoles normal. Salí como todas las mañanas con la cartera llena de libros y posibles actividades. Me esperaba un miércoles de mucho trabajo por la mañana-tarde y parcial por la noche, y ganas de vacaciones ya (por fin!). Re tranquis, caminando por Villate recibí demasiados piropos y hasta algunas guarangadas, y eso ya no era del todo normal. Crucé las vías y las barreras no estaban bajas, ni el tren cerca. Nueve menos cinco, Rok tocando el timbre A. Martín llegó 15 minutos tarde; depositó tooodos sus aparatitos requetemodernos sobre la mesa, como todos los días y dijo "tengo lección de naturales", con lo que cambió mis planes de empezar a estudiar para el trimestral de sociales del lunes. Tema: la célula. Un embole... Pero Martín tiene esas salidas raras y aunque para ambos sea una tortura lo que tengamos que estudiar, siempre encuentra la forma de sacarme una sonrisa. Recorrió con la vista las partes del microscopio señaladas en el manual y se detuvo en la palabra "revolver"; al lado escribió algo, con letra super chiquita en lápiz. Le molestaba el ruido de una máquina, tenía sueño, yo odio biología, y apenas estábamos a mitad de semana. Quería mostrarme las fotos que le sacó a su gata y mientras que yo insistía con "Dale Martincito de mi corazón, definime mitosis y meiosis", nos quedamos callados, escuchando una sucesión de disparos y sirenas varias. Era cerca, definitivamente. No tuvo mejor idea que agarrar su cel y decir "Pa, hay un tiroteo!". Imagino la reacción de su sr. padre. Luego se escucharon ambulancias y silencio nuevamente. Martín se quedó un tanto impresionado. Más cuando salió en su bici y vió todo había ocurrido a una cuadra y media; la av. Mitre copada de patrulleros y móviles de tv. Al mediodía todo seguía igual, los colectivos pasaban por cualquier lado, cintas de peligro cortaban el paso y se escuchaban al menos 3 versiones distintas, ninguna cierta. Volví a casa caminando, los niñitos con guardapolvo aún esperaban el 333 que había cambiado su recorrido, mi viejo que lo único que hace es memorizar las noticias de Crónica no se enteró de nada hasta que llegué yo a contarle. "Viej! te imaginás si hubiese pasado por ahí media hora después de lo que acostumbro?!". Siempre fatalista, ji, al menos para divertirme un rato.