7.5.11

Viajábamos en el 28. En los asientos de enfrente, un sr. y su hijo de 5 o 6 años. El señor semidormido. El niño se entretiene arrancándole de a una las canas. Más allá del escalofrío que me daba pensar en el dolor que sentía el cansado padre, empecé a sonreír estúpidamente: yo hacía lo mismo con mi mamá, 20 años atrás.