Morocho, acuariano, poco sociable, cariñoso, experto mordisqueador de trapos. Prohibida su devolución y cambio de nombre y/o equipo de fútbol. El resto, lo que gustemos.
Ya entendió que en mi casa se duerme hasta tarde. Y luego siesta. Me despierta con besos insistentes que esconden un pedido desaforado: "dale, nena, ya que no me dejás hacer pis adentro por lo menos levantate y abrime la puerta!".
A mamá la quiere, hasta ahí nomás... por el momento sólo porque le prepara la comida todos los días. Con mi viej se lleva bien, no demasiado, pero por lo menos salen a pasear juntos. Con Dallas todavía no se anima a jugar... la gordita pareciera tener miedo de aplastarlo o quebrarlo. Cleo recién se dio cuenta que se agrandó la familia un día después, cuando Silas pasó corriendo cerca del sillón grande.
Come como un perro grandotote, es increíble cómo le gusta la comida casera. E increíble también cómo mantiene la figura... pronto comenzará a ensancharse... para no desentonar con el resto de la familia, claro.
Es terriblemente desconfiado... y descarado: contesta los retos con un ladrido agudo e insistente.
Será cuestión de tiempo. Estamos en plena etapa de adaptación (aunque ya nos tiene a todos enamorados).