27.11.04

tengo ganas de viajar. vacaciones, sí. me hablaron de un mundo paralelo y del mar de la tranquilidad, ese que está en la luna. pero me gusta la idea de ese otro lugar al que me llevan algunas canciones. me imagino rodeada de fresias y colores claros y caros; a mi abuela tejiendo a crochet en un rincón junto a las hojas amarillas y a la niñita rubia hablándole a las estrellas en el agua.
y estas palabras no son mías, ni de nadie. son sólo el congelamiento de la realidad, una realidad que pretendo alcanzar antes de volver a morir.
tampoco es depresión. es un instante de seriedad. parte de la nueva yo, la que por momentos no se anima a decir las cosas. la misma que saldría a la calle con minifalda y medias de red porque sí, hoy.
no necesito un espejo. necesito alguien que me equilibre, tratemos de entender. no me sirve, no le sirvo, no sabe leerme. de todas formas podemos seguir intercambiando silencios de vez en cuando.
me cansé de todo, pero no renunciaría a nada de lo que logré este año, si es que logré algo. ni siquiera al trabajo, aunque a veces lo analice seriamente. me cansé de las búsquedas inútiles de explicaciones y todos esos interrogantes mal cerrados que rondan por ahí. me cansé de mi falta de constancia y de las canciones de la bersuit. de las prácticas de golf con las cucarachas del local. de las veces que mi viejito olvida las canillas abiertas y de la falta de mails. no más.
voy a la búsqueda de canciones nuevas, lugares, colores, ropa, personas, yo. todo nuevo a pesar del no dólar y mi cansancio de verano.

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