cuando llegué ya habían empezado a circular las bandejas con matambre. me recibieron con aplausos, silbidos y un platito con rodajas de arrollado de atún. "te guardamos algo". tendrías que haber visto el antes y después de fiaks. antes: una loca despeinada, groncha, con cara de sueño y muchas horas de trabajo encima. después: una loca despeinada, con cara de sueño, muchas horas de trabajo encima, ropa linda y ojos pintados.
los chicos preguntaban cada medio segundo "cuánto falta, eh?". temprano empezaron los brindis, los aplausos para el asador, el discurso de jonny, la bendición y los villancicos de danielito, las risas, mas aplausos, las visitas, los llamados, y "estás muy cansada, rok?".
llegó la hora de ver por dónde podía entrar papá noel, mientras algunos llenaban el living de paquetes de colores brillantes. y de nuevo las caras de asombro de los mas chiquitos y las sonrisas (y lagrimones, también...) de los mas grandes.
- por qué llorás?
- el humo me irrita los ojos...
- qué humo?
- ehm... mirá, sol! papá noel!
y otra vez me salvé de dar explicaciones. apareció roberto, disfrazado, con una campana y muchos sugus max. lo venían siguiendo los chicos del barrio. hubo flashes y todo fue casi tan mágico como la navidad pasada.
un rato más tarde llegaron más primos. somos de la generación que tomaba leche con levadura; nadie mide menos de 1.75, entonces son inevitables los comentarios de las personas que no vemos nunca: "ay... cómo creciste! la última vez que te vi eras así de pequeñito/a". y también llegó la hora de jugar con los celulares y mandar mensajes de mesa a mesa mientras se intercambiaban copas de sidra.
la noche terminó cuando los restos de papeles y manuales de instrucciones empezaron a estorbar, los efectos del alcohol comenzaron a sentirse, las palabras ya no se entendían, las anécdotas eran repetidas y mis piernas pesaban demasiado.
llegué a casa, escuché radio y desperté al mediodía para seguir comiendo los restos del menú navideño. pintamos velas en familia y proyectamos cosas. los chicos jugaban, afuera la lluvia y brillantina en mi cara. dani paseaba por la casa con una bolsa de caramelos diciendo 'jojojo' y el pan dulce ya estaba seco. pero no hay fotos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario