Caque se está volviendo loca con tanta practicante suelta. ¿Dónde se vio que en una salita de jardín hayan más maestras que alumnos? Oh, sí, acá todo es posible. 5 docentes y Cande, haciendo una ronda y cantando canciones del cd de maestra jardinera. Prefiere mis manos sin guantes, aunque estén frías, porque puede explorar mis dedos y mis anillos. Adora investigar mi cartuchera, sabe que todo lo que tiene cierre oculta cosas interesantes: lápices, fibras, lapiceras con botoncitos que hacen ruidos simpáticos, sacapuntas con riquísimo sabor metálico. La otra, la cartu de lana, tiene el ábaco, de cuentas chiquitas y movedizas, que aprenderá a usar en unos años cuando empiece a contar.
Disfruta de la hora de musicoterapia, pero le aburre mucho escuchar cantar a la seño... Ceci sueña con el día que al menos le conteste con alguna melodía tímida. Lo de ella son los instrumentos, el urgueteo en las cajas con panderetas, maracas y triángulos.
La hora de la merienda es lo más divertido. Medio danonino es lo máximo que come, y siempre reparte cucharadas a quien ande cerca. Le gusta más el serenito, aunque tenga que hacer un esfuerzo más grande por terminarlo. A veces el guardapolvo rosa a cuadritos la ayuda quedándose con algunos restos.
Cada vez que suena un celular, levanta su cabecita rubia y pregunta emocionada por Eto. Ale le explica que Ernesto está en el patio, con los chicos más grandes, enseñándoles a andar en patines o en bici.
Coca, la persigue todo el tiempo pidiéndole besos y abrazos. Totó y Mamá siempre la esperan en casa.
Con suerte susurra alguna palabra y jamás cree necesario pedir algo, con acercarme la mano a lo que quiere es suficiente. Vaga total para hablar y para ordenar los juguetes...
ehm... no sé a quién me recuerda...
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