por un momento olvidé mi username y me encontré con un montón de chirimbolitos nuevos.
"no tenés hijos. vivís cerca. sabés de computación. bárbaro". y pensar que si no fuera porque en algún momento creí que sería buenísimo estudiar de noche, estaría trabajando con la señora de pelo violeta y uñas azules, rodeada de pc's, cuadernos y bics de colores.
ayer mientras los rulos de vero se teñían de castaño elegante recordé que salí de casa sin sacar la pizza del horno. le di clases telefónicas a mi viejito de cómo apagar el horno. reconsidero la posibilidad de ser maestra. una vez más.
hablé, caminé, corrí, subí, bajé.
comimos chocolate de sabor dudoso y compartimos historias. qué copado que tu novio se llame evaristo. ah, el color; sí, claro.
cuando creí que mi viernes había terminado, la única conclusión que pude sacar es que debería haberme quedado en casa con mi 6 y no intentar superarme. en absoluto.
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