14.9.07

Extrañando descubrir nuevas lastimaduras en las manos, contar lunares, disfrutar el café del sábado a la noche, sonó el celular. Desacostumbrada aún al nuevo ringtone atendí el segundo llamado. "Hola, cómo estás? qué hacías? tenés ganas de que vayamos a tomar algo? Hoy me dieron franco y estoy muerto, pero podríamos aprovechar. Si te parece, sino lo dejamos para otro momento. Me doy una ducha y te paso a buscar." Probablemente no hayan sido sus palabras exactas, porque del desconcierto y asombro que tenía, no puedo recordarlas tal cual, pero de todas formas me acerco bastante. No podría olvidar fácil nada que acompañe a esa voz que no escuchaba desde hace ya... tanto tiempo. Eran casi las 21.30 cuando llegó y volvió llamar: "Estoy afuera, casi en la esquina" (y en contramano!).

No hay comentarios.: