El día mas caluroso, 161 hasta la plaza, 252 hasta la forja. Me pasé, una cuadra. Caminé las 4 siguientes a una velocidad asombrosa, me desacostumbré a las calles sin gente. Buen día, niña, ¿en qué puedo ayudarte?, ¿qué te trae por acá?. Preceptoría apestaba a cigarrillo. Nelfa discutía con el muchachito alto por las llaves del baño; Sarita entró quejándose por la falta de organización. Se pusieron contentas de verme. Fui por una firma pero me tuvieron 40 minutos hablando sobre mí. Me dijeron "la puerta está cerrada", eso significa que la máxima autoridad está ocupada, o de mal humor (para variar), o retando a alguien por fumar en el baño o despidiendo a algún profesor. Creo que era algo parecido a lo último. Todo sigue como siempre, hasta las telarañas del techo.
Volví al centro de s.m.c. Listo, fijate si está bien, cualquier cosa... yo no lo hice. El chico que anilló mis 98 hojas de apuntes intentó ser gracioso; pasé mas de veinte minutos leyendo la cartelera del local, ya no quedaban avisos para memorizar.
343 hasta Munro City, pasando por San Andrés y Ballester, descendientes de alemanes y casas con estilo colonial. Descubrí una nueva fobia: mis piernas viajan tan cerca del asiento de adelante que tengo terror de que algún día lo atraviesen. O tal vez sea que no me gustan los números capicúa.
Marzo es eterno.
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